Hoy el colegio está de fiesta. Estas niñas han llenado de alegría, durante todo el año las aulas, los patios escolares y los corredores .Ellas, nuestras niñas, han colmado nuestro tiempo, nuestros descansos, nuestros desvelos. Por ellas, por cada una, hemos dedicado lo mejor de nosotras. Hemos gozado con ellas, hemos procurado su crecimiento.
Hoy, es una noche de alegría. Una fiesta para todos. Ellas han preparado este acto con las capacidades de sus cortos años; con la ternura de su corazón y la alegría por ofrecerles a ustedes una noche infantil de un valor incalculable.
Hoy es un día especial. Y es en momentos como éste cuando más que decir un montón de palabras, las palabras se sienten. Palabras del corazón de una jardinera que quiere regar el camino para llegar a ustedes y abrazarlas.
Palabras del corazón que recuerdan todo lo vivido cuando compartimos todo.
Porque juntas pudimos disfrutar lo mejor, derramar algunas lagrimas y cantar a viva voz. Hoy escucharemos por última vez los vagones del tren viajero que durante
todo el año nos paseó por patios, pasillos, salas y nos llevó a lugares inolvidables fuera del Jadín. A veces ligeros otras lento, con vagones que marchaban disciplinados, que se empujaban o caian.
En este último viaje quiero decirles gracias por ser pasajeras de este tren y a los papás gracias por elegir esta estación llena de juegos y alegría que es el Jardín.
Les damos las gracias por su apoyo continuo, por su trabajo, su comprensión, y su confianza.
¡Gracias por hacerme sentir que no solo era amiga de sus hijas, sino también de ustedes !
Nenas, no les digo adiós, mejor hasta siempre. Y revisen cada día vivido en su corazón porque allí la señorita les dejará un beso para que no me olviden nunca. Como en toda despedida, las lágrimas traviesas se quieren escapar de los ojos de los que nos tenemos que despedir.
Hoy, las que viajan son ustedes, mis pasajeras, llevando como equipaje sus carpetas ,un diploma y un regalo que les ofrezco de corazón.
Mis chiquitas gracias por dejar que guíe su vagón lleno de inocencia y ternura
Quisiera también que abramos nuestro corazón a la Navidad que comienza y vivámosla con la alegría transparente de la niñez, y verdadero sentido cristiano. Ante la cercanía de la noche luminosa de Belén, quiero acercarles un deseo de paz para todas las niñas del colegio y sus familias. Para que en cada lugar del planeta los niños vuelvan a sonreir con la esperanza de un mundo mejor para ellos.
Que el niñito Jesús, nos ilumine y nos guíe siempre. Y podamos imitar la humildad de Maria y su capacidad de decir siempre Si a Dios
Ahora sí, llegó el momento.
Suban a la rama más alta que encuentren.
Miren el cielo, es todo de ustedes.
Cuando abran sus alas sabrán que ya pueden volar.
Y recuerden siempre, que
si algún día las sorprende la tormenta pueden volver al nido,
allí las estaré esperando
Por tantos recuerdos tiernos y todo este enorme caudal de amor…
Un beso grande y un... Hasta siempre.
