
Había una vez un nene que era bueno y muchos sapos que eran malos y le hacían pichí en la mano. Cada vez que llegaba a su casa los papás lo retaban porque estaba mojado y lo castigaban dejándolo encerrado en su pieza sin comer.
El lloró hasta que se le ocurrió escaparse por la ventana.
Estaba muy enojado porque los padres lo habían retado por culpa de los sapos.
Cuando salió se fué a esconder a esperar que lleguen los sapos y cuando llegaron, los sorprendió y se asustaron tanto que se fueron saltando, saltando hasta que salió el sol y los convirtió en una flor de sapo por que se habían portado mal con el nene.
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